Existe una creencia de pensamiento muy extendida que entiende que el seguro de decesos sólo es necesario cuando llegas a una determinada edad, normalmente a partir de los 50 o 55 años. Pero nada más lejos de la realidad. La muerte no entiende de edad. Todos estamos expuestos a este suceso.

El seguro de decesos cubre todos los gastos del servicio funerario. Normalmente, un entierro o incineración de un fallecido tiene un coste medio de entre 3.000 y 4.000 euros en España. Si no existe un seguro de decesos, la familia tiene que hacerse cargo de ese coste. Este hecho, añadido al duelo por la pérdida de un ser querido, agrava todavía más su sufrimiento en un momento especialmente delicado.

Contratar un seguro de decesos alivia de esta carga económica y psicológica a la familia. Es una fuente de tranquilidad. Acompañará a tu familia en todo momento y cubrirá todos los imprevistos durante el fallecimiento.